Fundación Fisac | La obra expresada por su autor
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La obra expresada por su autor

El clasicismo

 
“El aprendizaje estético de sensibilización plástica que supuso empollarme todo el quatrocento y cinquecento italiano, ha sido fundamental en mi formación de arquitecto. Y cuando después, con todo respeto, subí al trastero, como mueble en desuso, todo el formalismo clásico, me quedó para siempre la inolvidable y sabia enseñanza del juego lineal, espacial y volumétrico que ese formalismo ha ido adquiriendo a través de siglos de decantación y estudio de muchos geniales creadores y que hace que cualquier arquitecto que navegue por estas aguas quede deslumbrado de tanta belleza y tanta sabiduría y difícilmente pueda librarse de sus cantos de sirena. Cantos de sirena que atrajeron a buenos arquitectos de la época mussoliniana en el llamado novecento italiano, con la estilización de lo clásico como nota dominante, así como después con la culturización literaria, en este otro Post-Moderno; de mucha menos entidad plástica.”
“Carta a mis sobrinos”. Miguel Fisac. Editado por Fundación Miguel Fisac. Ciudad Real 2007.
 
“Llegué a la conclusión, bueno, de que las formas clásicas son eternas realmente: ahora lo que teníamos que hacer era cosas con un sentido más esquemático, más sencillo… Y entonces me puse a estudiar el Cinquecento italiano –que es el gran Renacimiento de la época romana- y a ver las obras que más o menos se estaban haciendo en Italia, que yo no conocía directamente, ni se habían publicado mucho, pero de las que se tenía algo de idea.”…
“Cuando terminé el C.S.I.C., gustó mucho, me hicieron muy buenas críticas Lafuente Ferrari, Camón Aznar…; diciendo que la arquitectura que yo estaba haciendo en los Altos del Hipódromo que era muy importante… Se inauguró con gran pompa, asistió Franco… y me acuerdo que tres o cuatro días después, me fui allí solito, estuve dando vueltas y dije: -Miguel, por aquí no se va a ninguna parte. ¡Para mí, sobro! ¡Aquí hay que buscar otras cosas!-“.
“Miguel Fisac, apuntes y viajes”. Paloma de Roda Lamsfus. Editorial Scriptum. Madrid, abril de 2007.
 
 
Un itinerario mental
 
“ el Instituto Laboral de Daimiel es el primer proyecto en el que empleé una teoría propia muy útil, que es el sentido común. Empecé preguntándome ¿dónde está esto?, algo que los arquitectos del movimiento moderno, que se ocupaban en primer lugar de la fachada, nunca se habían preguntado; continué con el ¿para qué?, es decir, analizando el programa para saber que espacios y que conexiones hacían falta. Después había que averiguar ¿cómo? resolver materialmente todo y, sólo al final, se tomaron una serie de decisiones exclusivamente estéticas, ese “no se qué” que se añade cuando lo demás está ya resuelto. Me dibujaba unos cartoncitos a escala 1:50 o 1:100 y veía donde se colocaban las cosas, que vínculos tenían unas con otras, etc., y así iba saliendo el edificio.”
Revista “AV Monografías”. nº 101. Madrid 2003.
 
” En la arquitectura, y en el resto de la llamadas Bellas Artes, existe un resultado unitario final, pero formado por tres factores. Un motivo, una razón, un “¿para qué?”. origen de aquella obra, que en Arquitectura llamamos programa… …Un “como” que es siempre una técnica que hace posible su realización, ya sea arquitectónica, pictórica, escultórica o sonora. Y un “no se qué” –como estudió Feijoo y diría San Juan de la Cruz- que es esa añadidura, con mucha aportación inconsciente del verdadero artista, que hace, sin explicación racional clara, que aquello que ya es algo para… sea además algo que trasciende, que sea capaz de una comunicación emocional.”
“Carta a mis sobrinos”. Miguel Fisac. Editado por Fundación Miguel Fisac. Ciudad Real 2007.
 
 
El espacio
 
” Una frase atribuida a Lao-Tse: –Cuatro paredes y un techo no son arquitectura, sino el aire que queda dentro-, y que leí no sé si en algo referido a Wright, me puso en la pista del concepto espacial y esencial de la arquitectura. El pensamiento de Lao-Tse del Tao-Te-Kin no es exactamente éste, pero el resultado práctico de su paradójico lenguaje filosófico sí puede considerarse muy aproximado.
El caso es que di muchas vueltas a esta idea que, al final, terminarían por cristalizar en una definición rotunda de lo que para mí es la arquitectura: un trozo de aire humanizado.”
” Defino la arquitectura como un trozo de aire humanizado y una iglesia sería algo más; un trozo de aire sagrado, un trozo de aire en donde el hombre se incline, por el ambiente material, sensorial, que le rodea, a ponerse en contacto con lo sobrenatural; con deseo de acercarse a Dios.”
“Carta a mis sobrinos”. Miguel Fisac. Editado por Fundación Miguel Fisac. Ciudad Real 2007.
 
“Que vivir inmersos en el Cosmos es poder captarle en su exterior, no sólo con la vista, sino también con el oído y con el olfato; ya que no con el gusto y el tacto, que son sensaciones internas de nuestro cuerpo. Si bien la belleza plástica en las texturas de las superficies limitantes de los espacios puede captarse con la vista, su mensaje intelectual, poético o místico en sus soluciones geométricas, en sus inscripciones, en su cormatismo,… el agua en sus tres situaciones que tanto se prodigan en la Alhambra, de agua que nace (fuentes), agua que corre (canalillos) y agua que se estanca (albercas y estanques) tod ello armoniosamente dispuesto, es un deleite acustico inigualable. Y las plantas aromáticas y las flores de los jardines en el interior y exterior nos proporcionan un deleite olfativo muy difícil de comparar con cualquier otro que podamos recordar. De la estancia de aquella reunión de compañeros en la Alhambra lo que recuerdo con más nitidez, porque en mi larga existencia no he vivido un espectáculo más completo ni más bello, fue una noche de luna, (sin ninguna luz artificial) que pasamos sentados en el suelo, o paseando en solitario, oyendo, oliendo y contemplando la Alhambra.”
Conferencia pronunciada en el Colegio de Arquitectos de Granada el 21-4-94. Publicada el el libro “Fisac” del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos, edición especial para el Colegio de Arquitectos de Castilla-La Mancha. Madrid 1997.
 
 
Las limitaciones de la experiencia moderna
 
“Cuando leo, ahora, en la revista “The Architectural Review” (mayo 1988) un documentado estudio de Juhani Pallasmaa, que llega a la conclusión de que la sociedad posmoderna trata de humanizar con “flexibilidades regionales” las rigideces abstractas del Movimiento Moderno, y en el número monográfico de viviendas unifamiliares de “Architectural Récord” (abril 1988) valoradas por su “local color” me sonrío pensando que fue precisamente ese plasticismo abstracto, sin ninguna referencia al paisaje físico, cultural y social, la primera causa que -allá por el año 1948- me descalificó al Movimiento Moderno. Por reacción, yo había sentido la necesidad de incorporar, como hice en 1950 en el proyecto del Instituto Laboral de Daimiel, el primer factor a tener en cuenta en toda arquitectura, la tierra en la que el edificio está plantado en su paisaje”.
“La Obra de Miguel Fisac”. Documentos de Arquitectura nº 10. Colegio de Arquitectos de Almería 1989.
 
“Algo que aprendí del Movimiento Moderno fue que, como en todos los movimientos clásicos, habían prescindido de tener en cuenta, en absoluto, el lugar en el que estaban ubicados los edificios. Una de las cosas más sorprendentes que yo veía era que ¡ellos iban con su edificio organizado en la cabeza y lo plantaban en donde fuera!.
Es decir, que una de las cosas que vi enseguida como aspecto principal del Movimiento Moderno era el desprecio por lo que había alrededor.
¡Y la arquitectura está como un árbol clavado en un paisaje!. No se puede prescindir de lo que forma su entorno.”
“Miguel Fisac, apuntes y viajes”. Paloma de Roda Lamsfus. Editorial Scriptum. Madrid, abril de 2007.
 
 
Las modas arquitectónicas
 
“Comprendo que puede haber dos maneras de llegar a formarse como arquitecto. Una de ellas, la más ordinaria es la de ir adquiriendo información, a base de libros y revistas, de aquello que “se lleva” en el mundo y los críticos valoran como buena arquitectura. Tratar de adptar los proyectos que realizamos a esos tipos y hasta modelos (según la terminología de Quatremère de Quincy) responde a un actitud de mimetismo de muy dudosos resultados creativos. También puede exitir otra manera de formarse, que a mí me parece más eficaz. Consiste en analizar la arquitectura de cierto nivel desde la realidad y no a través de manipuladas angulaciones fotográficas. Así de ese análisis directo, obtener las conclusiones personales que enriquezcan el conocimiento propio y, como consecuencia, unas mejores condiciones para realizar nuestro trabajo diario.”
“La Obra de Miguel Fisac”. Documentos de Arquitectura nº 10. Colegio de Arquitectos de Almería 1989.
 
“me atrevería a decir sin presunción, que estar en la onda es una actitud poco creativa, ya que es la consecuencia de la piedra que se ha tirado a las aguas tranquilas del lago, y los impactos inesperados son siempre recibidos con recelo y desprecio. Y si no que se lo pregunten a los huesos de Mozart, enterrados en la fosa común del Cementerio de Viena.”
“La Obra de Miguel Fisac”. Documentos de Arquitectura nº 10. Colegio de Arquitectos de Almería 1989.
 
La arquitectura dinámica
 
“Sabido es que la sensación subjetiva que sentimos de la velocidad depende de la relación que existe entre un objeto en movimento y otro en reposo […]. Esta impresión subjetiva se logra con la relación entre dos muros convergentes: uno dinámico curvo; envolvente, liso, blanco, sin ningún punto concreto al que la vista pueda referirse, obligándola a discurrir tangencialmente hacia el fondo del ábside en donde se sitúa el altar, y otro estático: de diferente material y acusada calidad de ladrillo visto, piedra, etc.”
“Arquitectura religiosa de Miguel Fisac”. Felipe Morales. Distrib. Librería Europa. Madrid 1960.
 
“Me encontré con este edificio, que estaba en medio de la bisectriz de la esquina de las calles Velázquez y Joaquín Costa…, y que tenía las ventanas así y dije esto no… ¡Y busqué el truco de poner otras cosas…, para romper un poco eso, y de esa forma crearle una tensión al edificio!
Y lo que hice fue crear un eje torcido para obtener ese equilibrio.
Quise salirme de la simetría; lo consideraba como el enemigo y dije: “tengo que romper la simetría”. ¡Como tengo la escalera allí, puedo poner unas ventanas… pero a distinta altura…! ¡Y conseguí romper el eje!
Por eso esta esquina es bastante bonita en ese sentido…
Nosotros tenemos un cuerpo aparentemente simétrico pero hay una tensión interior entre el corazón y el hígado y equilibramos esa tensión. ¡El palacio de Versalles es simétrico, sin tensión!.”
“Miguel Fisac, apuntes y viajes”. Paloma de Roda Lamsfus. Editorial Scriptum. Madrid, abril de 2007.
 
 
La sinceridad constructiva: los huesos
 
“En un determinado momento alguien toma conciencia de que una pieza hueca de hormigón pretensado es una forma estructural arquitectónica independiente, con características propias, que ni tienen que ver nada con la forma estructural en doble T, ni con su consecuencia la viga cajón, que puede tener la forma que convenga, y que esa libertad morfológica es precisamente la que proporciona su personalidad”.
Miguel Fisac. Vigas Huecas Pretensadas. “H.A.” nº 94-95. 1970.
 
“Las piezas que he obtenido por este medio arquitectónico-estático han resultado con secciones de unas formas muy parecidas a los huesos de los vertebrados. No es que haya querido hacerlas parecidas a los huesos, es que me han salido así. Ello hace pensar que, naturalmente, algún paralelismo existirá. Cabe interpretarlo como una prueba de que este camino puede ser correcto, ya que responde a unas concepciones que vemos en la Naturaleza. Mis colaboradores, en muchos casos, han llamado, en sentido peyorativo, huesos a estas piezas porque la puesta en marcha de su fabricación tiene bastantes dificultades. Pero indudablemente, puede ser un camino.”
Revista “Hormigón y Acero” nº 79, pág. 36 a 39. 1966.
 
“Ciertas formas estructurales, de ingeniería principalmente y también laminares, desconocidas e irrealizables con otros materiales, no han podido disimular su expresividad, pero las estructuras adinteladas, que son las que responden a las disposiciones espaciales antropomórficas, tanto en la generación del puro espacio para contener la forma física del hombre en sus diferentes dinamismos programados como la generación espacial de su entorno psicológico, lo que Hall llama la “burbuja humana”, en dos planos paralelos, horizontales o no, hasta hoy no han tenido su expresividad propia. Nueva expresividad del binomio durable-traccionable, que hasta la aparición del hormigón precomprimido no se había podido conseguir con ningún otro material.
Los grandes arquitectos del progresismo próximo pasado, o han trabajado y conseguido la genial expresividad de las estructuras adinteladas del acero laminado, que es el caso de Mies, o han caído en un plasticismo escultórico, como es el caso de Le Corbusier.”
“El hormigón pretensado”. Artículo de Miguel Fisac en la revista “Arquitectura”, nº 127, pág. 2. Madrid, julio de 1969.
 
 
La expresión del material: las pieles
 
“ En Daimiel acomodé el programa en una estructura tradicional, construida con muros de tapial y cubiertas inclinadas de teja. tuve que engañar al albañil, diciéndole que yo tenía que tratar estas fachadas de una forma muy especial, por lo que tenían que estar muy bien blanqueadas. Le dije que tirara la cal con un jarrillo para saturar los poros del tapial como allí era costumbre, y cuando volví por la obra le dije: ¡estupendo, precioso! ha quedado tan bien que lo vamos a dejar así. Y es que el hombre pensaba – como todos los del pueblo- que sobre aquella superficie blanca y lisa íbamos a colocar unas columnas y un frontón. Cuando se inauguró el edificio, alguien de allí me comentó con bastante desprecio “esto parece una casilla”, y yo contesté “muchas gracias” porque mi intención había sido precisamente esa, hacer una arquitectura contemporánea pero valiéndome de los métodos constructivos de la tradición popular manchega.”
Revista “AV Monografías” nº 101. pág. 30. Madrid 2003.
 
“…los aparejos de ladrillo, pensé, son el resultado de la colocacion unas sobre otras, de piezas prismáticas prefabricadas, mientras que el hormigón es un material pastoso que se hecha en moldes. Lo mas tipicamente distintivo de uno y otro medio constructivo, es que mientras el ladrillo prefigura el muro construido por él, por su propia estructura rígida, el hormigón acepta cualquier moldeo libre que se le imponga”
Conjunto de Edificios para Formación de Profesorado de Enseñanza Laboral “R.N.A.” nº 203. Madrid 1958.
 
“Siempre, por intuición al principio y más conscientemente después, he dado mucha importancia a las texturas en los cerramientos –transparentes u opacos- en los edificios que he proyectado. Y también he cuidado mucho que esas texturas, consecuencia de una realidad estructural o no, tuvieran una racionalidad efectiva.
De ahí mi invento del ladrillo, mi preocupación de patentizar la estructura de un dintel de hormigón en un muro de ladrillo que, por su mucha luz, no se puede hacer con unos simples ladrillos a sardinel.
Y al estudiar e investigar sobre formas de hormigón y comprobar que esas piezas que yo proponía se daban sobre todo en los huesos de los animales vertebrados, me rebelé contra esa farsa que se hacía, y que yo también había hecho, encofrando con tablas y tomando prestada la calidad leñosa vegetal de la superficie de la madera para imprimirla, impropiamente, en el hormigón. Así que decidí prescindir de esa incorrecta textura.”
“Carta a mis sobrinos”. Miguel Fisac. Editado por Fundación Miguel Fisac. Ciudad Real 2007.
 
“Si sobre una estructura rígida, lo más diáfana posible y que mantenga las dimensiones de cálculo de la estructura de hormigón armado, se tiende un material flexible y sin textura, como puede ser una lámina lisa de plástico (polietileno, por ejemplo), el resultado de pesadez del material blando que se da en el hormigón durante el vertido es real y efectivo, siendo su textura, a nivel táctil, también la suya.”
“Carta a mis sobrinos”. Miguel Fisac. Editado por Fundación Miguel Fisac. Ciudad Real 2007.
           
 
El valor del medio rural
 
“del Instituto Laboral de Daimiel han dejado un pedazo y mejor que lo hubieran tirado. Yo me equivoqué allí, bueno, me equivoqué porque aquello no les gustó nada, tuve la suerte que durante diez o doce años hubo un director del Instituto que er licenciado en Arte, luego estaba también el tío de Antonio López como profesor de Dibujo: en esos años, el Instituto estuvo muy bien. En el momento en que esos se retiraron ya por viejos, entraron allí una serie de gentes nuevas que lo primero que hicieron fue tirar cosas: aquello se parecía demasiado a una casilla, pero en realidad el edificio estaba en la Mancha y teníamos una arquitectura manchega que pienso tiene valor, aunque nadie le haya dado ningún valor, y creía, además, que todo aquello podía afinarse para hacer una cosa que respondiera a un deseo: que los agricultores fueran algo más… que no fueran unas gentes de último lado y sin cultura ninguna. No lo conseguimos.”
“FISAC, Ensamblaje con Vacíos 1959-1968”. Carlos Asensio-Wandosell. Ministerio de Vivienda. Madrid 2004.
 
“La definición de que modelo es “un objeto que se repite tal cual es” –que nos da Quatremere de Quincy, un tratadista considerado como una autoridad en teoría de la Arquitectura- encaja perfectamente con la quintería. Y tipo, según este mismo autor, “es la imagen de una cosa que copiar o que imitar”, o mejor “la idea de un elemento que debe servir de regla al modelo” incluiría lo que llamamos arquitectura popular manchega.
En una evolución normal de la arquitectura, el tipo precede al modelo; en realidad, el modelo es la cristalización de la mejor solución del tipo. Sin embargo, en nuestro caso de la arquitectura popular manchega, me atrevería a sospechar que este fenómeno se ha invertido.
Por las circunstancias que antes hemos visto, ha surgido una construcción hasta tal punto perfeccionada que ha llegado directamente a ser modelo, y de tanta fuerza constructiva y plástica que ha creado un tipo del que se ha derivado una variada serie de edificios, y el conjunto de éstos ha constituído lo que conocemos como arquitectura popular manchega.
“Arquitectura popular manchega”. Miguel Fisac. Editado por el Colegio de Arquitectos de Ciudad Real. Ciudad Real 2005.
 
 
El urbanismo, la ciudad
 
“Estamos sufriendo las consecuencias de unos planteamientos racionalistas que se emitieron y codificaron a principios de siglo y que contenían la radical equivocación de suponer que su desarrollo racional implicaba desarrollo y adaptación a las necesidades fisiológicas y psicológicas del hombre. […]. Esa aparente preocupación por las necesidades humanas del urbanismo racionalista es la que se ha seguido en los planes de urbanismo de todas las naciones después de la Segunda Guerra Mundial, y ha producido, como frutos amargos, las más inhumanas ciudades que ha conocido la historia del urbanismo.”
“Mi ética es mi estética”. Miguel Fisac, Museo de Ciudad Real 1982.
 
“Una de las más típicas reacciones de la civilización actual, tal vez la más característica, sea esa forma directa de reaccionar frente a la fenomenología con la que tropieza sin plantearse siquiera la posible alternativa de eludirla; como si se tratara de situaciones totalmente inevitables y no pudiera tener el hombre potestad de marcarles el camino que a él le convenga. Me parece ésta una curiosa forma de soberbia, encubridora de una superficial comodidad y una profunda cobardía.”
“La Molécula Urbana”, Miguel Fisac, Ediciones y Publicaciones Españolas. Madrid,1969.
 
“Yo proponía crear una especie de agrupamiento de ciudades. Mi punto de partida es: ¿pueden llegar a alguna parte ciudades como Manzanares, Valdepeñas, Daimiel?. Yo creo que no. Van a ser absorbidas por Madrid. Y la prueba es que vienen de allí a trabajar a Madrid todos los días. Cuando el problema en Madrid es de aglomeración. Lo que yo propongo es que esos pueblos o ciudades intermedias deberían agruparse. Y ahí encaja mi propuesta de la molécula urbana: yo organizaba unos cuadrados teóricos de 62×62 Km. porque esa es la distancia aproximada que se puede recorrer un día a caballo.
La teoría de la molécula urbana es un poco una obsesión mía. Parto de la base de que hay una serie de servicios que no os pueden dar las poblaciones pequeñas: de tipo edicativo, sanitario, cultural, etc. Una ciudad de 25 ó 50 mil habitantes no puede ofertarlos, entonces se crea una mancha de aceite, algo que no se debe hacer pero que se hace y acaba siendo una monstruosidad. México ya tiene 23 millones, y hay ya probablemente problemas de respiración, de medio ambiente, de escasez de agua, de un mínimo de dignidad en la vivienda. Todo eso hay que evitarlo en lo posible.”
Entrevista por Alfonso G. Calero en Añil, nº 14. pág. 42 a 46. Centro de Estudios de Castilla-La Mancha.