Fundación Fisac | Bodegas Garvey en Jerez
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Bodegas Garvey en Jerez

Bodegas Garvey en Jerez

1968. Bodegas Garvey en Jerez de la Frontera.
                Las Bodegas Garvey proyectadas por Miguel Fisac, situadas en la antigua carretera de circunvalación de Jerez, fueron construidas en 1970, en una loma que domina un paisaje de viñas que se pierde en el horizonte, conocido como complejo Bellavista. El proyecto quiere unir la arquitectura actual con los conocimientos científicos sobre condiciones climáticas y crianza del vino. En estas bodegas, la técnica y la ciencia se ponen al servicio de la producción y crianza del vino. Se trata de un complejo bodeguero en el que se realiza tanto el proceso de vinificación como el de crianza, siguiendo, en todo momento, indicaciones enológicas para conseguir un espacio funcional que cumpliera con las condiciones idóneas de temperatura y humedad necesarias para la crianza del vino de Jerez. El complejo proyectado estaba formado por un conjunto de naves que se unían entre sí a través de jardines con una imagen de cortijo rural con muros de carga enjalbegados en los que se apoyan las vigas huecas postesadas con luces entre 15 y 22 metros[i].
                El solar limita al SE con la carretera de Madrid a Cádiz en una longitud de 100 metros y otro punto de contacto con la carretera de Jerez a Trebujena en un recorrido de 385 metros aproximadamente. La pendiente del solar hacia el NO tiene una diferencia de cota de 16 metros que se escalona en tres planos principales situando el proyecto de la primera fase en una cota que está unos dos metros sobre el nivel de la carretera. Con estas condiciones del solar se proyecta un edificio de recepción paralelo a la carretera de Cádiz como zona de recepción con un pequeño jardín.
                “Conté con el asesoramiento de expertos para cumplir con las exigencias de los vinateros en cuanto a la disposición de las naves y las orientaciones requeridas. Al contrario de lo que sucedía en el Centro de Estudios Hidrográficos, aquí había que reducir la iluminación al mínimo, de manera que solo había un par de ventanas que carecían de cristales para ventilar y la luz de esas crujías tan profundas entraba por los huecos que dejaban las cabezas de las vigas en su apoyo sobre el muro. En las naves de almacenamiento utilizamos una pieza de sección más o menos rectangular para estructuras postesadas que había patentado en el año 1968 y cerraba por completo el plano del techo. Tan sólo el jaraíz, donde se prensaba la uva para hacer el mosto, se cubrió con vigas que dejaban pasar la luz cenitalmente, utilizando una variante de los huesos del Centro de Estudios Hidrográficos”.
                 La Memoria del proyecto dice: “La primera fase de este proyecto comprende un edificio de recepción, oficinas y servicios sociales de personal unido a una nave de embotellado con almacenes contiguos y un edificio transversal para almacén de producto terminado y expedición de cajas. Otros dos edificios rectangulares van destinados a fabricación de coñac y envejecimiento de holandas, y otros dos edificios aislados, y en los lugares más convenientes, se destinan a tonelería y otro a centro de vendimia. Tanto la jardinería como las zonas arboladas enlazan todo este conjunto dándole unidad. Por razones tanto de técnica vinícola como estructurales se han utilizado diversas soluciones de piezas huecas de hormigón pretensado, patente del autor, e industrializadas por HUECO S.A de Vich con luces libres entre apoyo de 15 y 22 m. respectivamente”[ii].
                En el conjunto destacan las bodegas de crianza: Bodega San Patricio y Bodega Don Guillermo construidas semienterradas en la loma de forma escalonada orientadas a poniente, donde los ventanales permiten la entrada de la brisa marina; la tercera estructura bodeguera de construcción aérea se destina, hoy día, al envejecimiento del brandy. Hay un pabellón destinado al embotellado, etiquetado y almacén de los vinos y otro pabellón, la antigua tonelería, destinado a oficinas, sala de degustación y museo de etiquetas. El complejo inicial comprende un conjunto de edificios: los edificios 1 y 2 forman la unidad de producción y embotellado y almacenes anexos con 1950 metros cuadrados y cinco metros de altura. El edificio 3 es un almacén de cajas y zonas de carga con algo más de 2.000 metros cuadrados de superficie. Los edificios 5 y 6 son una bodega de almacenado de cognac y envejecimiento de holandas con algo más de 5.000 metros cuadrados con luz y ventilación laterales muy reducidas y cubierta opaca y aislante. El edificio número 8 se destina a tonelería con luz cenital en la zona de taller. El conjuntos e completa con un centro de vendimia de algo más de 500 metros cuadrados para recepción de la uva y control administrativo con una altura libre de 9,30 metros.
                Para resolver este programa complejo recurre a una solución estructural que unifica la obra en su conjunto “una solución constructiva y arquitectónica que si bien es una auténtica novedad, tiene ya en un número de metros cuadrados realizados superior a los 50.000, unos resultado completamente comprobados. Esta solución es la cubrición por vigas simplemente apoyadas sobre pórticos calculados contra viento y acción sísmica. Estas vigas están formadas por piezas huecas de 1 m. de longitud con diferentes formas, según las características específicas de la cubierta a realizar, y postesadas… Los pórticos de todos los edificios se proyecta cerrarlos con un muro de pie por el exterior, cámara de aire y tabicón por el interior. Todo ello enfoscado de cemento por ambas caras…”[iii].
                Desde el punto de vista formal la Memoria del proyecto contiene consideraciones que son muy interesantes: “El programa propuesto ha creado en el arquitecto que suscribe unos puntos básicos de carácter estético que a su entender debía cumplir este edificio.
1º Fidelidad al paisaje y a todo el entorno de este conjunto.
2º Fidelidad a la función: es una bodega y debe parecer una bodega.
3º Fidelidad a unas formas constructivas nuevas, que no han de falsearse, y de las que hay que obtener el mayor fruto estético posible.
El primer punto, la fidelidad al paisaje, responde no sólo a unas exigencias físicas de clima, de luz, de color, de jardinería, etc. Sino también a ese otro paisaje psicológico y humano característico de Andalucía y muy concretamente de Jerez. Sin embargo, no se puede olvidar que existe un gran peligro de caer en el tipismo superficial y frívolo. La proporción y la disposición de los edificios; los grandes muros ciegos y enjalbegados que responden a las más estrictas exigencias del programa y también a las mejores características térmicas, son ya suficientemente elocuentes para ambientar estos edificios cumpliendo ese primer punto.
                No se ha querido en ningún momento falsear ninguna de las características tradicionales de las bodegas ni tampoco aquellas otras, como los grandes voladizos, que no tienen tradición en las bodegas, porque hasta nuestros días no ha sido posible este tipo de construcción, y es precisamente estas nuevas características que producen los emboquillados de las piezas tanto las para luz cenital como las de simple cubrición opaca, las que marcan una expresividad auténtica, nueva y específica que entendemos debe cumplir este conjunto de edificios que se proyecta para cumplir sus características estéticas”[iv].
                De la gran superficie proyectada de bodegas subterráneas, cuya ejecución estaba prevista con placa continua de hormigón sobre pilares metálicos en una retícula de 4×4 metros, solo se construye una mínima parte. La quiebra de la empresa, que por aquel entonces pertenecía al marqués de Villareal, y su posterior venta a José María Ruiz Mateos dejó en el tablero la última fase del proyecto[v]. En 1996 al pasar a ser propiedad de Ruiz Mateos, Fisac le envía una carta ofreciéndose a revisar el estado de la bodega y a colaborar en su posible rehabilitación o mejora[vi] a la que le contestará Ruiz Mateos pocos días después.
                La bodega de San Patricio destinada a la crianza del vino fino de igual nombre posee una planta irregular para adaptarse a la topografía del terreno y aprovechar la humedad que le suministra el contacto con la tierra al estar semienterrada en la loma. La falta de luz natural en un espacio de 10.000 metros cuadrados lo resuelve Miguel Fisac mediante lucernarios. La bodega Don Guillermo, situada en una cota inferior en la falda de la loma, es de menor tamaño, con la misma estructura que la anterior, y posee un mayor número de vanos que permiten la entrada de más luz, aireación y temperatura para adaptarse a las condiciones necesarias para la crianza del amontillado Tío Guillermo. Inicialmente estas dos bodegas se pensaban cubrir con un jardín que minimizaba el impacto medioambiental y mejoraba las condiciones de humedad y aislamiento a las mismas, pero debido a problemas de filtraciones de agua hubo que eliminarlos. La bodega destinada al envejecimiento del brandy es un edificio de planta rectangular en la que Miguel Fisac utilizó sus vigas huecas o “huesos” de hormigón postesado en la cubierta que permiten la circulación del aire en el hueco que dejan en los apoyos del muro.
Un conjunto de volúmenes que se adecúan a las características del lugar donde se implantan con grandes cerramientos opacos, en disposición escalonada adaptada a la topografía del terreno con soluciones estructurales novedosas que permiten cubrir libremente grandes luces y que se aprovechan en sus voladizos exteriores para crear un contraste especial con los muros continuos ciegos.
                En la página web de la Junta de Andalucía en la Base de datos de Arquitectura Contemporánea se describe así el edificio: “Una de las empresas jerezanas que se supo vincular a la nueva arquitectura sería la firma Garvey, con capital e influencias inglesas en su origen, al igual que González Byass, la compañía que encargara a Torroja su Bodega Tio Pepe. Sería Miguel Fisac el encargado en este caso de buscar nuevas soluciones a la racional cobertura del programa ligado a la crianza del vino jerezano. Y su principal aportación, como en tantos cajones de su obra está íntimamente relacionado con la seriación.  La incursión de Fisac en la arquitectura bodeguera del Jerez mediados los sesenta recogió las preocupaciones básicas de su arquitectura en este momento: se trata de un conjunto de pabellones formalmente unitarios que recurren a la abstracción y simplificación formal de sus volúmenes y a la cubrición por vigas postesadas de gran luz (15-22 metros) y sección hueca.
                El Mirador recibe su nombre de la situación que se escoge para la nave de crianza. Se trata de un conjunto en las afueras del casco jerezano en las que la arquitectura de la prefabricación estructural encuentra buen acomodo. En una ladera a sur, Fisac construye una bodega semienterrada, con cubierta proyectada con una capa vegetal de protección. En este caso la apuesta era demasiado arriesgada: la necesaria circulación de aire, alimento de la levadura base de la crianza biológica del fino, la más compleja, se confía a un sistema de ventilación casi forzada. El resultado arquitectónico no es excesivamente rico en esta nave, y quizás no compense el riesgo, únicamente su escasa entidad volumétrica y la posibilidad de mantener la percepción del paisaje de las lomas del viñedo jerezano desde la zona representativa del conjunto parecen avalarla; pero evidentemente me faltan los datos necesarios para explicar las razones de esta decisión de proyecto.
                El resto de las naves albergan crianzas de diferentes productos: brandy, olorosos, amontillados, etc. Su estructura se asimila más a la nave bodeguera tradicional, siendo su cubrición la que se separa de las viejas técnicas a dos aguas, dando paso a la cubierta plana sobre las ya clásicas vigas de hormigón prefabricadas que Fisac utilizó en gran parte de su obra. La cubierta a dos aguas ayudaba a resolver con un recurso formal un aspecto parcial del soleamiento, al alternar el impacto de los rayos en cada agua. Al ser plana, Fisac recurre a paneles con aislamiento para resolver este problema. La sinceridad estructural de estas naves se ha visto alterada en los últimos años, al cegarse mediante celosías los espacios que alternaban con las cabezas de las vigas en el apoyo sobre los muros. Por lo demás, su conservación es óptima.  Es en la pequeña pieza de recepción donde el juego formal se enriquece en un juego de limpios muros blancos sobre los que el hormigón se apoya en forma de planos”[vii].
[i] Miguel Fisac crea con Ricardo Barredo y el empresario catalán Andreu Colomer Munmany, para el que ha diseñado una fábrica de curtidos en Vich, la empresa Hueco SA que fabrica vigas huecas junto a las obras, montando un taller en Jerez para la realización de este proyecto.
[ii] FISAC, Miguel. 1969, Memoria del proyecto. Bodegas San Patricio de Garvey, AFF 245.
[iii] FISAC, Miguel, 1969, Memoria del proyecto p. 4. AFF 245
[iv] FISAC SERNA, Miguel, 1969, Memoria del proyecto pp. 4-5, AFF 245.
[v] “Bodegas Garvey” en  AV Monografías 101, Miguel Fisac, p.88
[vi] José María Ruiz Mateos que en el membrete de la carta aparece como Marqués de Olivara contesta a Miguel el 10 de Octubre de 1996 diciéndole: “Acuso recibo de tu amable carta del pasado 7 de octubre. Te entiendo y te comprendo perfectamente. El estado de conservación de la bodega nada tiene que ver con el anterior al de la expropiación. Ahora queremos recomponer todo y dejarlo en su estado original. Voy a comentar con nuestros técnicos el contenido de tu carta y tu ofrecimiento. Mientras tanto te envío un fortísimo abrazo”.
[vii] http://www.iaph.es/arquitectura-contemporanea-andalucia/resumen.do?id=244967
Texto Diego Peris Sánchez. Miguel Fisac arquitecturas para la ciencia y la industria. Fotografías Archivo Fundación Fisac.

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