Fundación Fisac | Iglesia de Santa Ana en Madrid
289104
post-template-default,single,single-post,postid-289104,single-format-standard,ajax_fade,page_not_loaded,,vertical_menu_enabled,side_area_uncovered_from_content,qode-theme-ver-16.1,qode-theme-bridge,disabled_footer_top,wpb-js-composer js-comp-ver-5.4.7,vc_responsive

Iglesia de Santa Ana en Madrid

Iglesia de Santa Ana en Madrid

Iglesia de Santa Ana en Madrid

Fecha: 1965
Dirección:
Estado:
Accesibilidad:
Otros:
La parroquia de Santa Ana se construye dentro del programa de dotación de templos para la diócesis de Madrid pero con unas peculiaridades evidentes en la concepción formal, en las dotaciones del programa y en el presupuesto final de la obra. La Memoria del proyecto con apenas 6 páginas hace una descripción del programa de necesidades que comprende: 1. Templo y baptisterio, 2. Sacristía, ante-sacristía y almacén, 3. Atrio, claustro y campanil, 4. Servicios administrativos, 5. Servicios pastorales, 6. Salón de actos y bar, 7. Catequesis y 8. Apostolado seglar, 9. Servicio de promoción social y asistencia social, 10. Aseos y locales para la instalación de calefacción y ventilación, 11. Vivienda para el sacristán-conserje y 12. Viviendas para los sacerdotes.
El Distrito de Moratalaz está situado al Este de Madrid y al exterior de la M-30 ocupando una zona entre esta vía y el borde del término municipal, hasta Coslada y Rivas. En ese barrio en pleno crecimiento  con previsiones de gran desarrollo es donde Fisac proyecta la iglesia de Santa Ana. Un solar de buenas dimensiones, localizado en el polígono H,  con una topografía accidentada y diferencias de cotas importantes que va a aprovechar en el desarrollo del proyecto para la ubicación de las diferentes piezas del edificio. La parroquia debería dar servicio a este polígono y al polígono X de nuevo desarrollo para lo cual el solar tenía una posición central entre ambas zonas. En la parte más alta del solar se sitúa la iglesia que se hace visible para el conjunto de la zona. Las dependencias parroquiales van aprovechando la topografía del terreno para crear accesos diferenciados al programa complejo del edificio
Porque el proyecto de Moratalaz es el proyecto de un gran complejo parroquial surgido de una nueva mentalidad en los servicios religiosos que deben abarcar una amplia gama de actividades que se sitúan entre lo estrictamente religioso y lo social. Describe la Memoria los accesos a los distintos servicios. “A continuación se dispone el empleo con todos sus elementos. En primer lugar un gran atrio cubierto y abierto, en cuyo fondo se sitúa un recinto sagrado para colocar el Kiosko de libros y periódicos y algún otro servicio para la información de los fieles. De este atrio se pasa directamente por una puerta a la nave del templo. Otra puerta, independiente, enlaza el templo con el exterior, pero a través de una zona de “sacramentos de muertos”, formada por el baptisterio y los confesonarios. A la nave del templo se puede también entrar o salir por dos puertas más: una que comunica con la zona social de catequesis, salón parroquial, bar, etc., y otra con la zona de la sala de espera, ante-sacristía y despachos administrativos y pastorales. La nave del templo está formada por unos cerramientos verticales de muros de hormigón armado y una cubierta de piezas- prefabricadas pretensadas, delgadas y huecas, patente del arquitecto proyectista”. A ambos lados de la iglesia se localizan los diferentes servicios pastorales. En la vía de acceso hay un primer cuerpo con un patio central con una oficina de información parroquial, un despacho para Caritas, el despacho para la asistencia social y un núcleo de aseos. Este cuerpo se completaba con un bar, un salón parroquial con acceso independiente desde el exterior y tres clases para catequesis.
En el lateral derecho de la iglesia otro grupo de edificios de planta ortogonal de carácter más privado: tres despachos, un almacén, despacho administrativo, archivos y aseos y la sacristía que se relacionaba con la cabecera de la iglesia. Una amplia antesacristía y una sala de espera para los fieles. En esta zona, dado el desnivel del terreno, de casi siete metros, se sitúa la residencia de los sacerdotes y en una planta inferior las instalaciones de calefacción. Un programa en el que los servicios parroquiales generales definen una malla ortogonal que rodea la planta orgánica de la iglesia conformando así una compleja estructura general de servicios parroquiales.
El proyecto está definido desde la estructura y los materiales. Muros sustentantes de hormigón armado, forjados de los pisos de hormigón armado aligerado y la cubierta realizada con piezas prefabricadas pretensadas huecas. Como dice la Memoria del proyecto: “Estas piezas de cubierta de las distintas longitudes necesarias en cada caso, colocadas en la disposición más adecuada también, constituyen, juntamente con la calidad de los muros de hormigón visto, la característica estética esencial de todo este conjunto que no es la de una iglesia rodeada de unas cuantas dependencias, sino que es un auténtico complejo homogéneo en el que, efectivamente, la nave del templo es el espacio más importante y por tanto el volumen más notable del conjunto, pero con homogeneidad absoluta con el resto de los espacios que componen el programa”.
La planta del edificio,  como conjunto, tiene una trama rectangular en el que se inserta la planta orgánica de la iglesia con su forma irregular de dos laterales convergentes hacia el altar donde se produce una triple curvatura que alberga elementos diferenciados y un espacio de entrada también resuelto con tres elementos cóncavos que acogen el acceso o la zona de baptisterio y confesionarios con un espacio ajardinado en su zona central. Una solución peculiar desde la forma del edificio que genera espacios interiores y exteriores de gran atractivo. En la parroquia de santa Ana (1965-1971), la figura orgánica de la iglesia se inserta en una planta ortogonal, pero la solución más interesante tiene lugar en el desarrollo tridimensional de la envolvente de los espacios junto al altar, donde las líneas onduladas y casi caligráficas en planta se elevan hasta encontrarse con el muro curvo perimetral. Mirando desde fuera la parte trasera se ve la delgadez relativa del hormigón, mientras desde dentro los nichos dan la impresión de estar excavados en una masa de gran espesor, frente a la ligereza exterior, el interior produce el efecto, si bien ilusorio, de masa y peso. Este cambio de rumbo hacia un tratamiento más complejo de la curvatura es congruente con una actitud más ambiciosa hacia lo constructivo presente en obras posteriores.

Texto del Libro de PERIS SANCHEZ, Diego: El espacio religioso de Miguel Fisac, Ciudad Real, Editorial Serendipia
© de los planos y fotos de época Fundación Fisac
No Comments

Sorry, the comment form is closed at this time.