Fundación Fisac | Instituto de Formación de Profesorado de Enseñanza Media y Profesional
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Instituto de Formación de Profesorado de Enseñanza Media y Profesional

Instituto de Formación de Profesorado de Enseñanza Media y Profesional

Fecha: 1953-1955
Dirección: Av. de Puerta de Hierro, s/n, Ciudad Universitaria, Madrid Ver en mapa
Estado: Integro con alteraciones
Accesibilidad:
Otros: Actual Escuela Universitaria de Estadística, tel. 91 39440 04 /44 /46
Este conjunto docente estaba destinado en su origen a la ampliación de conocimientos y contraste de experiencias de los profesores de enseñanza media y profesional, que revalidaban su formación mediante ciclos temporales de unas dos semanas de duración. La situación de los terrenos al borde de la carretera de la Coruña -ya en aquel tiempo convertida en una autovía arbolada- y en posición dominante sobre el valle del río Manzanares y la Casa de Campo, fueron aprovechadas por Miguel Fisac para crear una arquitectura horizontal y extensa con gran generosidad de espacios libres que habrían de facilitar la relación entre los profesores y un ambiente optimista y relajante. El proyecto inicial era de mayor tamaño, pero se fue sintetizando en una propuesta finalmente realizada en dos fases entre 1953 y 1955, con la intención de que funcionara como una arquitectura aditiva el modo en que los palacios nazaríes se generaban por un proceso de acumulaciones y cambios. La admiración por la Alhambra de este autor la ha expresado a lo largo de su vida tanto en escritos y conferencias como en su propia obra, y se reconoce explícitamente en esta moderada acrópolis docente que articula sus piezas edificadas con bastante libertad en torno a patios con jardines y fuentes. También la casa japonesa, que descubrió Fisac mediante una ampliación del viaje que en 1953 hizo a Manila enviado por los padres dominicos con el fin de impartir unas conferencias sobre arquitectura religiosa, supuso su contacto con los principios de sinceridad constructiva y esencialidad espacial que tanto habían influido en los arquitectos modernos del primer tercio del siglo XX. El Oriente próximo de los hispanoárabes y el lejano del imperio del Sol Naciente son citados por Fisac al explicar sus intenciones generadoras de estos edificios, que por otro lado se apoyan en el método analítico respecto a los usos que ya había empleado en el Instituto Laboral de Daimiel hasta desmenuzar el programa en piezas autónomas y diferenciadas: un pabellón de ingreso con los servicios administrativos, otro de enseñanzas teórico-prácticas, otro con dos estudiados hemiciclos de experimentación pedagógica, etc., pero con el nexo de enlace entre ellos de unos pórticos de hormigón extraordinariamente ligeros, que con su silueta ondulante contrastan con los netos volúmenes de ladrillo, hormigón y cristal. Nada hay de ruralismo en esta obra tan urbana y ligada a la Ciudad Universitaria de Madrid. Ni las cornisas ni las cubiertas de teja de otros proyectos de este mismo momento tienen aquí sentido, pero sí las superficies acristaladas que dan luz y permiten vistas cercanas a los jardines, o los muros ciegos y tensos que se rompen –como ocurre en el lado norte- para hacer volar un imponente balcón hacia la sierra de Guadarrama, y sobre todo adquiere un gran protagonismo la galería porticada que acota pero filtra los espacios como un ritmo musical que acompasa todo el conjunto. Y del mismo modo que un balcón en voladizo ya presidía el testero norte del Instituto de Microbiología, dos años anterior, el pórtico estaba ya ideado en el colegio de los Dominicos de Valladolid, con su pilar de planta tetralobulada que se afina de forma increíble en la base mientras que se expande como un capitel fluido en su cima para fundirse con una lámina de hormigón de 3 cm de espesor en el borde y 8 cm en su sección media. En estos pórticos está a su vez el origen de las arquitecturas de Fisac de la década siguiente, pues parten de la misma idea de manifestar la naturaleza fluida que tiene en su origen el hormigón, capaz de adaptarse a un molde y configurar un material pétreo y continuo sin apenas limitaciones geométricas, y aunque para su ejecución utilice en este momento encofrados rígidos de escayola y cuerda apoyados en cimbras de madera, la posibilidad de emplear encofrados flexibles ya está intuida como un paso más en la expresividad del material. El hecho de estar Fisac en estos años ocupado en múltiples proyectos, a veces con programas y situaciones coincidentes, da lugar a que desarrolle su quehacer como un proyecto continuo en el que las indagaciones y resultados de unas obras sirven de campo de experimentación para aplicar en las siguientes, de modo que no es extraño que aparezcan cruces de diseños entre unas y otras, sin menoscabo de la atención diferenciadora al contexto y programa que siempre hace en cada una de ellas. Las previsiones del proyecto inicial, que habría de cerrarse por el oeste y contar con una esbelta torre para libros que diese el contrapunto vertical, nunca se completó. Actualmente este conjunto ha cambiado de uso y perdido en parte su sentido original, a la vez que ha visto interrumpida su relación con el paisaje del río por la presencia de otro edificio más alto, pero se conserva en lo esencial y aún muestra, en sus sinuosos pórticos sin gravedad que parecen henchidos por el viento y sus múltiples aspectos espaciales y constructivos, la inventiva y maestría de su autor.
© del texto Vicente Patón-Alberto Tellería
© de los planos y fotos de época Fundación Fisac. Nicolas Müller.

 
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