Fundación Fisac | LABORATORIOS JORBA
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LABORATORIOS JORBA

LABORATORIOS JORBA

  1. Edificio de Laboratorios Jorba.
Miguel Fisac explicaba la concepción del proyecto: “El edificio iba a ser un laboratorio farmacéutico, tema del que sé mucho, pues aparte de ser hijo de boticario he estado haciendo los laboratorios Alter (…) y luego los Made: es un programa que conozco bastante bien. Hago el proyecto, se lo llevo a Jorba y me dice: me parece bien pero yo he comprado un solar que tiene una parte elevada y querría que me sirviera como anuncio”. El proyecto plantea una serie de cuerpos rectangulares, alargados y un volumen cuadrado en su extremo. Dada la topografía del solar, el conjunto parte de una cota inferior y va teniendo una mayor cota en el punto donde se localiza el cuerpo de planta cuadrada. Tiene por ello una planta sótano, otra semisótano con un cuerpo perpendicular destinado a cafetería y el volumen rectangular de laboratorios que se divide en un cuerpo más estrecho para talleres y vestuarios y un gran espacio para laboratorios con dos filas de pilares en uno de sus lados y el resto con una gran luz libre y una planta primera. En esta planta superior el espacio se organiza con un pasillo central y dependencias para los diferentes laboratorios de trabajo en las dos fachadas laterales. Dos núcleos de comunicaciones en los extremos dan el acceso al conjunto. En esta planta, el cuerpo final perpendicular está liberado con el núcleo de acceso en el centro y un gran espacio de vestíbulo que es el acceso principal al conjunto de los laboratorios. En este punto de entrada se sitúa una pequeña capilla con sacristía.
Los volúmenes exteriores marcan la horizontalidad de los grandes contenedores de la zona de laboratorios frente al cuerpo elevado del núcleo de oficinas y despachos. Cuerpos construidos en hormigón visto con una fila de ventanas continúas en la parte alta, y rematados superiormente por las vigas hueso de doble ala  que enlazan unas con otras y  que vuelan del plano de fachada dejando visible su sección al exterior. Hay una demanda del cliente de construir un elemento singular y a partir de ahí Fisac elabora la solución de la pagoda. “Veo que me encuentro con un cuadrado de 16 metros de lado, lo empiezo a girar 45º y me empiezan a salir unas superficies muy queridas en geometría: paraboloides hiperbólicos que tienen la ventaja de no tener que hacer moldes curvos, sino utilizar unas tablillas rectas que van girando. Organizo allí los trozos de paraboloide hiperbólico para que puedan entrar en la geometría; entonces queda una cosa llamativa. El objetivo final era precisamente eso: que fuera llamativo, y efectivamente lo era, lo que pasa es que a alguna gente le pareció demasiado llamativo”. El volumen se construye  con un núcleo conformado por ocho pilares metálicos situados en el centro donde coinciden las proyecciones de las plantas y se rematan con un pináculo que se construye sobre este núcleo central de comunicaciones.
“Tiene en cada una de sus partes la disposición más conveniente para que se puedan realizar los diferentes trabajos de forma óptima y así desde la entrada de materias primas y envases, los productos recorren un itinerario ininterrumpido de mínimo recorrido y fáciles trasportes, tanto verticales como horizontales, hasta su salida de los almacenes y de la zona de empaquetado y embalaje.
Estéticamente se ha procurado que todo el conjunto tenga una unidad plástica tanto por la homogeneidad del material como por la continuidad de todas las líneas horizontales que cierran el conjunto. Hay, sin embargo, un elemento notable resaltado en forma de torre, que se destina a oficinas, dirección, biblioteca, etc. Que al crear una alternativa disposición volumétrica de sus plantas, cuadradas de 16 m de lado, giradas con respecto a la anterior 45º y enlazadas con paraboloides hiperbólicos que ocupan los antepechos de una planta y la cuelgan de la inferior, producen un juego de volúmenes muy característico a manera de distintivo publicitario de los laboratorios”.
El Complejo de laboratorios Jorba estaba prácticamente en desuso cuando lo adquirió el grupo Lar quien inicialmente pensaba rehabilitarlo pero el edificio tenía serios problemas con la normativa vigente especialmente en materia de incendios. “La Pagoda de Miguel Fisac fue derribada en unos pocos días en julio de 1999, tres años después de la inesperada reconstrucción de la Estación de Petróleos Porto Pi de Casto Fernández Shaw. La historia luctuosa de ambos edificios guarda una serie de similitudes muy significativas, aunque las diferencias que existen entre ambos casos son aún mucho más importantes”. Un edificio que había quedado fuera de toda protección patrimonial y que se acaba demoliendo ante algunas protestas puntuales y un debate sobre la responsabilidad por no haberlo protegido. El propio Fisac intervino en esta ocasión manifestando su opinión al respecto y aprovechando para clarificar su paso por el Opus Dei y su salida del mismo.
Con el proyecto de los laboratorios Jorba termina para Fisac una etapa de trabajos relacionados con la industria farmacéutica. Dieciocho años de proyectos que se desarrollan como ejercicios de gran austeridad en sus concepciones de organización y en su imagen externa, salvo el caso singular de Jorba. Una arquitectura que parece asumir el rigor y la racionalidad de los procesos industriales que se desarrollan en su interior. Miguel ha trabajado en cuatro de las grandes industrias farmacéuticas del momento, industrias que están consolidando un sector muy relacionado con la tecnología exterior y que se irá afianzando en las décadas posteriores.
[i] FISAC, Miguel, Revista Arquitectura 127, julio 1969.
[ii] RIVERA, David,  “El monumento que nunca fue” en Miguel Fisac, La delirante historia de la pagoda, Caja de Arquitectos, Arquia documental 28, p.15.
[iii] VVAA Miguel Fisac, La delirante historia de la pagoda, Caja de Arquitectos, Arquia documental cuenta la historia del edificio y del momento de la demolición.
[iv] Miguel escribe una carta explicando su posición a Heliodoro en relación con su pertenencia al Opus Dei y sus  planteamientos respecto a la demolición de la Pagoda. La carta acaba diciendo: “Si la destrucción de “La Pagoda” sirve para servir a Dios y al prójimo, ¡bendita sea!”. http://www.opus-info.org/index.php?title=Carta_de_Miguel_Fisac_a_un_miembro_de_la_Obra.
Texto: Diego Peris Sánchez. Miguel Fisac. Arquitecturas para la investigación y la industria, Bubok. Fotografías: Archivo Fundacion Fisac

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